El tango en Buenos Aires en los 90
Entrar a esas milongas era entrar al Tango
de repente, como quien no quiere la cosa
o màs como bien la quiere:
de pronto, sonaba Fiore, con Pichuco o con Piazzolla:
Tito amaba a Fiore y me contaba de las confiterìas,
de los bailes de los 40 y 50: